What does the Transfiguration mean to us? If anyone has visited or seen pictures of the Church of the Transfiguration in the Holy Land, they would know why God’s revelation in Christ could have taken place on this particular site: a panoramic view of Israel’s historical memory cascading into the presence of Jesus, Moses and Elijah and witnessed by Peter, James and John.
At the same time, this Gospel is proclaimed on the Feast of the Transfiguration on August 6, so why does the Church ask us to hear it again every Second Sunday of Lent?
The moment on Tabor, I think, might be thought of as the “transparency” of Christ –that is, the “transfiguration,’ or the Father’s glory in the Son. “This is my beloved Son. Listen to him.” We might have missed the same moment when God names the Beloved at the Lord’s baptism, but the divine disclosure could not be more radiant now on Tabor and as a reminder to us this Lent.
Christ’s transfiguration becomes our invitation during Lent to become renewed by our own Baptism, which has drawn us into our covenantal relationship with the Trinity. It is meant to console us as we hear once again St. Paul’s confident witness when he says, “Who will bring a charge against God’s chosen ones?”
We may have been through the wringer in every way during this Pandemic Moment, but the joy of God’s self-emptying for the sake of all of humanity provides the illuminative way on our own ascent to Mount Tabor, “dazzling white, such as no fuller on earth could bleach them.”
“Lord, thank you for this season of Lent! Let me be moved by my love for you in all that I do.”
¿Qué significa la Transfiguración? Si alguien ha visitado la Iglesia de la Transfiguración en Tierra Santa, o de ella ha visto fotos, sabría por qué la Transfiguración de Jesús tuvo lugar en ese sitio. La vista panorámica le ayuda a uno a recordar la historia de Israel desde un pasado remoto hasta el día de la Transfiguración de Jesús en presencia de Moisés y Elías, una experiencia atestiguada por Pedro, Santiago y Juan.
Sin embargo, el relato de la Transfiguración se proclama también en la fiesta de la Transfiguración el 6 de agosto. Entonces, ¿por qué la Iglesia nos pide prestar atención a la misma narración cada segundo domingo de Cuaresma?
Creo que ese momento de gloria celeste en el monte Tabor podría considerarse como la "transparencia" de Cristo, es decir, por la "transfiguración" se puede ver la gloria del Padre en el Hijo. “Este es mi Hijo amado. Escúchalo a él." Si no recordamos aquellas palabras, que Dios dijo en el Bautismo de Jesús, la repetición de ellas en la Transfiguración las hace penetrar con fuerza la mente y el corazón. Y por lo tanto nos sirve de recordatorio en la Cuaresma.
La Transfiguración de Cristo nos urge en la Cuaresma a dejar que la fuerza de nuestro Bautismo nos renueve y fortalezca la alianza que tenemos con la Santísima Trinidad. Dios quiere que la Transfiguración nos consuele; y que nos consuele también el testimonio de San Pablo en la Segunda Lectura, ya que Pablo nos dice: "¿Quién acusará a los escogidos de Dios?"
Sin duda este Momento Pandémico nos aprieta con fuerza y trastorna la vida. Sin embargo la Transfiguración nos deja ver con gozo que Jesús se vacía a si mismo por el bien de la humanidad, mientras ilumina el camino que nos lleva a la cima del Monte Tabor, la cumbre de donde se manifiesta “una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra.”
“¡Señor, gracias por este tiempo de Cuaresma! ¡Deja que mi amor a ti sea el motivo de todo cuanto hago!”
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